La Zoom Fatigue, fatiga de Zoom o fatiga virtual es un fenómeno que se produce por el uso excesivo de plataformas virtuales para la comunicación. Se denomina así por el conocido software de videoconferencias Zoom y puede provocar cansancio, preocupación, dificultad de concentración o agotamiento y, por tanto, acrecentar la desmotivación laboral de tus equipos.
Algunos estudios sobre la fatiga de Zoom, como el del Institut für Beschäftigung und Employability, llevado a cabo en Alemania y que encuestó a más de 442 directores, managers, especialistas en Recursos Humanos o consejeros de empresa, concluyó que el 60% ha experimentado Zoom Fatigue. Además, 160 de esas personas perciben el nivel de estrés causado por el exceso de videoconferencias como alto o muy alto.
Como puedes ver, la Zoom Fatigue puede llegar a ser un gran problema para las empresas. Por eso, en este artículo te contamos algunas de las causas de la Zoom Fatigue y cómo puedes combatirla.
¿Qué causa la Zoom Fatigue?
Las videollamadas y videoconferencias son herramientas muy útiles para el trabajo en equipo. En muchas ocasiones, agilizan la comunicación y permiten alcanzar más rápidamente conclusiones o acuerdos. Sin embargo, si se hace un uso excesivo, la fatiga de Zoom puede dejar a tus equipos exhaustos, incrementando el riesgo de burnout.
Y es que las videollamadas pueden cansar más que las reuniones cara a cara, por una serie de razones:
- El cerebro tiene que esforzarse más para leer las expresiones faciales a través de la pantalla de un ordenador. Por mucho que la tecnología haya avanzado, todavía no ha conseguido replicar el contacto visual directo. Además, el breve retraso con el que, en ocasiones, llega el sonido puede entorpecer una comunicación fluida.
- Más miradas. Según un estudio de la Universidad de Stanford, otra de las causas por las que las videollamadas causan más estrés es que los participantes se sienten más observados. En una reunión en persona, el centro de atención de cada una de las personas cambia constantemente: las caras de los participantes, un papel para tomar notas, una pantalla con una presentación o incluso una mirada perdida. En cambio, en una reunión tipo Zoom todo el mundo parece que te está observando, incluso si no estás participando activamente en la reunión y solo estás de oyente.
- Más autocrítica. Aunque las videollamadas están pensadas para mandar nuestra imagen a otras personas, la mayoría de las plataformas también nos muestran nuestra propia imagen. En el estudio de Stanford citado anteriormente también se argumenta que ver nuestro reflejo durante varias horas al día incrementa nuestro criticismo con nosotros mismos y los niveles de estrés.
- Movilidad limitada. Las conversaciones en persona o por teléfono permiten a sus participantes moverse más libremente, mientras que en una videoconferencia existe la limitación del encuadre de cámara. Debido a esto, los participantes en una reunión virtual deben permanecer en el mismo lugar, limitando sus movimientos de una forma no natural. Mientras tanto, la evidencia científica indica que, cuando las personas se mueven, hacen un mejor trabajo cognitivo.
- La necesidad de estar disponible todo el tiempo puede causar estrés a los equipos que trabajan desde casa, ya que no tienen alrededor un entorno que pueden controlar. Los convivientes pueden interrumpir, pueden escucharse ruidos, quizás no cuentan con un fondo profesional para su videollamada, el perro puede ponerse a ladrar, etc. Es inevitable que retazos de la vida personal se cuelen en una reunión de trabajo, causando estrés.
- Los equipos que trabajan desde la oficina también pueden tener problemas. Sin un buen aislamiento, los sonidos de compañeros se cuelan en otras llamadas y obligan a usar continuamente la opción de silenciar el micrófono o condenan a los equipos de la oficina a interrumpir sus rutinas para respetar el silencio.
¿Cómo evitar la Fatiga de Zoom?
Ahora que ya conoces algunos de los desencadenantes de la Zoom Fatigue, te damos unos consejos para evitar que la fatiga virtual y la desmotivación laboral se apoderen de ti o de tus equipos.
- Buenas conexiones de internet. Una conexión lenta o inestable añade más frustraciones, entorpece las comunicaciones y hace que las reuniones se alarguen. Por eso, es esencial una línea de alta velocidad. Para evitar estos inconvenientes, en First workplaces proporcionamos a las empresas que instalan sus oficinas en nuestros centros fibra óptica y WIFI 5G con líneas back-up de dos operadoras diferentes.
- Phone Booths. El control del entorno es fundamental para poder centrarse en una reunión, sin preocuparse de que ruidos o personas ajenas interrumpan la conversación, o de molestar a otras personas. Los Phone Booths son una especie de cabinas que se instalan en centros de oficinas o coworkings especialmente pensadas para hacer llamadas o videollamadas con privacidad, sin molestar y sin que nos molesten.
- Cámaras apagadas en algunas reuniones. Otra idea para combatir la Zoom Fatigue es permitir que algunas reuniones se realicen con la cámara apagada. Esto permite concentrarse mejor en el contenido y no estar tan pendiente de lo que se muestra.
- Avisar por escrito antes de una reunión no programada. Los equipos manifiestan que las videoconferencias no programadas, que llegan sin avisar, resultan particularmente estresantes. Por eso, conviene establecer un protocolo de comunicación que consista en avisar por escrito y con unos minutos de antelación antes de una videoconferencia de urgencia.
- Configurar el software para que no muestre nuestra propia imagen. De este modo, evitaremos distracciones y un exceso de autocrítica.
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